Un disco roto de la columna (dolor discógeno) es el desgaste por el uso y abuso de la columna en la vida diaria, accidentes y ciertas actividades deportivas.
La solución antes de la cirugía
Hay opciones finales del tratamiento conservador (que trata de evitar la cirugía). Una es la descompresión vertebral con un moderno equipo llamado DRX-9000, y las infiltraciones que pueden ser de cortisona, productos biológicos o de ozono.
Si el dolor persiste y junto con su médico, considera que se han agotado los recursos conservadores, se puede pensar en una cirugía de mínima invasión y prácticamente ambulatoria, que tiene por objeto el sellado del disco para restaurar sus funciones. Se trata de la discectomía endoscópica asistida con láser y radiofrecuencia.
Proviene del concepto de que los desgarros del disco pueden “sellarse” con láser y radiofrecuencia para evitar fusiones e instrumentaciones vertebrales por ser procedimientos mucho más invasivos.
Sin embargo, no olvidemos que la opción final de manejo de todas las enfermedades de la columna es la fijación con tornillos y barras de titanio, o la colocación de prótesis dinámicas de disco.
Todos los discos en la columna están bajo presión constante durante la flexión o extensión del tronco ya que el disco absorbe el esfuerzo creado por el movimiento pero incluso se ve forzado al estar sentado o parado por períodos prolongados. Con la edad, actividades deportivas y traumatismos, tienden a desgastarse y romperse, ocurriendo la falla mecánica del disco. Aunque no debe descartarse cierta predisposición familiar a sufrir de afectaciones vertebrales.
La historia del dolor, exploración física y radiografías son los estudios iniciales del disco roto. Pero en muchas ocasiones es necesaria la resonancia magnética e infiltraciones diagnósticas. (cierta clase de inyecciones específicas)
La tendencia natural del dolor por disco roto y que no funciona adecuadamente, es a mejorar con las medidas normales para dolor bajo de espalda: medicamentos, rehabilitación, quiropráctica, ejercicios especiales y cuidados de columna.
La enfermedad de disco como su nombre lo dice requiere primero de un tratamiento inicial adecuado además de un seguimiento que será de acuerdo con la evolución de la molestia. Un problema común es que el paciente se siente curado en forma definitiva y deja de atenderse.
La solución antes de la cirugía
Hay opciones finales del tratamiento conservador (que trata de evitar la cirugía). Una es la descompresión vertebral con un moderno equipo llamado DRX-9000, y las infiltraciones que pueden ser de cortisona, productos biológicos o de ozono. Si el dolor persiste y junto con su médico, considera que se han agotado los recursos conservadores, se puede pensar en una cirugía de mínima invasión y prácticamente ambulatoria, que tiene por objeto el sellado del disco para restaurar sus funciones. Se trata de la discectomía endoscópica asistida con láser y radiofrecuencia.
Proviene del concepto de que los desgarros del disco pueden “sellarse” con láser y radiofrecuencia para evitar fusiones e instrumentaciones vertebrales por ser procedimientos mucho más invasivos. Sin embargo, no olvidemos que la opción final de manejo de todas las enfermedades de la columna es la fijación con tornillos y barras de titanio, o la colocación de prótesis dinámicas de disco.